Autor: Raúl Sánchez Barajas Como los primeros y más importantes educadores se encuentran los padres, el acto de educar a los hijos debe ser un proceso intencionado y consciente, la formación de los hijos implica una constante preparación y estudio, la naturaleza nos ha hecho padres, la preparación, el estudio y el amor a los hijos nos ha de hacer buenos educadores.
Como los primeros y más importantes educadores se encuentran los padres, el acto de educar a los hijos debe ser un proceso intencionado y consciente, la formación de los hijos implica una constante preparación y estudio, la naturaleza nos ha hecho padres, la preparación, el estudio y el amor a los hijos nos ha de hacer buenos educadores.
Es oportuno plantear de nuevo que la autoestima pretende abordarse en este trabajo con un enfoque pedagógico más que humanista, es decir si bien es cierto que una valoración positiva nos permite mejores momentos lo que ahora nos ocupa es la idea de que la autoestima positiva es un factor de la personalidad que nos permite utilizar nuestras habilidades en las situaciones cotidianas y nos impulsa a mejorarlas también a superar de mejor manera la frustración y estar en una constante búsqueda de la mejora en distintas áreas de nuestra personalidad.
La autoestima vs. la sobre protección, una confusión común en los padres.
De ninguna manera la autoestima implica halagos constantes a los hijos, ser consecuente en sus errores y evitar el ejercicio de la autoridad con amor y con mano firme, de hecho en muchos casos se ha podido comprobar que dichas actitudes en los padres tienen un efecto totalmente contrario, es decir un estilo parental indulgente y consentidor provoca en el mediano plazo una baja autoestima en los niños y jóvenes. El asunto parece tener que ver con la autorregulación o también llamado autocontrol o autodominio.
Autoestima y autodominio.
En múltiples ocasiones en este trabajo se ha estado asentando que el autoestima tiene una vinculación directa con el auto concepto, este ultimo implica el reconocimiento de todas las características cualidades y peculiaridades que forman mi personalidad, los individuos estamos constituidos por varios elementos y diferentes aspectos que conforman nuestro ser y como ya hemos dicho una de esas dimensiones son las capacidades y habilidades que vamos logrando a lo largo del camino.
El reconocimiento de lo que soy capaz de hacer, de aquello sobre lo que tengo control y dominio sobre mi persona representa una parte vital y fundamental en la construcción del auto concepto el saber que puedo dominarme el reconocer que tengo control sobre mis emociones y no soy víctima de ellas, el reconocerme como un ser autónomo que paulatinamente va consiguiendo ser y hacer las cosas por sí mismo, todo lo anterior depende de constantes eventos de formación en los niños, estas situaciones cotidianas pueden ser inducidas y provocadas por el estilo de ser padre en la cotidianidad con los hijos. La educación de los hijos implica que todas las situaciones cotidianas sean vestidas de una constante demanda de maduración de ellos, la comunicación, el establecimiento del orden y del respeto por los demás, que el niño cumpla algunas labores en casa como lavar su plato, tender su cama, asear su cuarto, renunciando al impulso de seguir jugando o continuar viendo televisión entre muchas otras cosas provocan paulatinamente en el niño la consolidación de su sistema regulatorio.
Esteban de cinco años viene jugando con sus juguetes cerca de una hora ya en dos ocasiones su madre le ha pedido que guarde los juguetes en su sitio y que se venga a cenar, en la cabeza del niño está ocurriendo lo siguiente el tiene un poderoso impulso de seguir jugando, esta obedeciendo a sus gustos, escucha a su madre pero no la atiende por que se deja llevar por esa emoción para continuar con el juego, a la madre tampoco parece importarle que el niño no atienda sus indicaciones, no parece haber nada en el medio social de ese niño que le haga descubrir sus habilidades de autocontrol, esos circuitos neurológicos con los que no nacemos y que tienen que forjarse a partir de las demandas del ambiente, -Y al respecto parecen tener que ver los lóbulos pre frontales en nuestro cerebro-, Esteban debe conocer y comprender que ha llegado el momento de terminar el juego y de obedecer a su madre ese pequeño evento de resistencia y de renunciar a sus impulsos se traducen en aportes en la consolidación de su autocontrol sin embargo esto nunca ocurrirá si la madre no ejerce su autoridad y no hace nada por que sus ordenes sean cumplidas.
A la larga el estilo indulgente y permisivo de ser padre, aquellos que permiten demasiado a sus hijos, aquellos que demandan muy poca maduración de ellos y permiten malos comportamientos, aquellos que no establecen reglas o establecen pocas o las que establecen no vigilan su cumplimiento han de estar privando entonces a sus hijos de valiosas e innumerables oportunidades de madurar su sistema de regulación emocional. Ello ha de provocar que los niños sientan una gran inseguridad en el aspecto emocional ya que en diferentes formas de convivencia social son niños y jóvenes que se saben con muy poco control de sus impulsos y sus emociones, así como de muchas capacidades que pudieron haberse promovido a través del conocimiento de lo que puedo ser capaz ello provocado por las demandas que mis padres tenían hacia mis actos, todo lo anterior representa una breve sinapsis de algunas implicaciones negativas en la personalidad de los niños que resultan de la baja demanda de los padres, de la sobreprotección y de ser condescendiente de manera incondicional.
En la promoción de la autoestima de los hijos debemos tener siempre presentes dos elementos, la valoración positiva y explícita de sus logros y cualidades reales y constantes demandas formativas en busca de la mejora.
Valoración positiva en el hogar
El primero de estos apartados consiste en que los padres hagan una valoración positiva de las actitudes y capacidades que los niños muestran en torno al acto emergente, por ejemplo en el caso de las habilidades artísticas aprovechar las situaciones en que los niños tiene alguna manifestación relativa a esto para hacer una valoración positiva de dicha manifestación;
Oh muy bien, Que bien te sale esa canción, mira qué lindo dibujo, puedes llegar a ser un gran artista si te lo propones…
Con este juicio positivo que hacemos explicito frente a los niños deberemos tener mucho cuidado de que sea siempre en un nivel real que se hable en particular de la manifestación que ha tenido, del acto o de la producción que ha realizado hay que ser cuidadosos de no sobredimensionar las manifestaciones y los logros que los niños tienen si al lavar los platos el niño ha roto dos de ellos habrá que reconocerle por haber contribuido en las labores de la casa -como debe ser- sin embargo no se puede soslayar el hecho de que debe tener más cuidado en lo que hace, es decir que el conocimiento a las verdaderas capacidades manifestadas y no sobredimensionar lo que ha logrado;
El tiempo que lograste en esta última carrera es muy bueno, pero te distrajiste un poco en la última vuelta, no olvides no perder la concentración.
Decíamos con anterioridad que también los padres deben ejercer la busqueda de constantes demandas hacia la mejora de las cualidades y capacidades de los hijos y esto consistirá en aplicar los criterios educativos que lleven a la disciplina, orden y la dedicación que implica el mejoramiento de diferentes aspectos en nuestra vida. Que los padres en el ejercicio de su responsabilidad formadora hagan que este niño en respuesta a sus características pueda descubrirse y redescubrirse con alguien capaz de superar sus limitaciones y lograr las metas que se proponga en el desarrollo de sus habilidades, la combinación de estos dos rubros implica un delicado punto sensible de equilibrio, el reconocer las cualidades de cada uno de los hijos, saber que son distintos unos de otros y ayudarlos en un constante estira y afloja encontrar el camino a la superación y conquista de sus ideales.