“Si alguien le hubiera dicho a Jordi que a los 23 años sería el presidente de una importante firma de robots, se hubiera muerto de risa”.
Jordi Muñoz llegó a Estados Unidos a los 20 años procedente de Tijuana, México. NO tenía empleo, ni papeles, ni título universitario, por haber sido rechazado por el Instituto Politécnico en dos ocasiones. Era uno de tantos jóvenes “ni-ni” como llamamos en nuestro país a los millones de jóvenes que no estudian, ni trabajan. Sin papeles de residencia en aquél país, Jordi se pasaba los días en su casa, cuidando a su bebé recién nacido y escribiendo en blogs amateurs de computación, robótica y drones, su pasión desde niño.
Después de varios trabajos y debiendo enfrentar varios obstáculos. Se encontró con la comunidad de los makers, el creciente mundo de los internautas que comparten públicamente sus proyectos y descubrimientos. Ahí conoció a Chris Anderson, en ese entonces, editor en jefe de la revista de tecnología más influyente de este planeta, Wired, ahora su socio en la empresa 3D-robotics, una empresa que fabrica aviones no tripulados (drones) para vigilancia aérea, filmaciones desde el aire, envíos de medicamentos, vigilancia de campos agrícolas, salvavidas en playas, etc.
¿Cuál es su historia escolar?
Jordi, nunca fue considerado un alumno brillante; de hecho, cuando niño fue diagnósticado con Trastorno de Déficit de Atención, como a tantos niños inquietos, curiosos y por tanto distraídos, en nuestras aulas. Sus recuerdos de la escuela primaria no son muy felices, por cierto.
“Tenía problemas en la escuela, no me podía concentrar, las maestras hablaban de una cosa y yo siempre estaba distraído pensando en otra cosa…Era el chamaco distraído y revoltoso que las maestras no querían…Yo era un niño difícil de domar, hasta para Montessori …A mi papá le dijeron muchas veces que me medicara, pero él se resistía y nunca me medicaron”, recuerda Jordi (Openhaimer, 2014). Mientras las maestras daban clase, Jordi pensaba en avioncitos, robots y hasta en bombas, le encantaba armar y desarmar cosas y hasta reparar objetos, igual que su papá.
A los 11 años se pasaba hasta 18 horas frente a su computadora o haciendo experimentos. ¡Hizo una bomba a control remoto! Sus padres no sabían si estar orgullosos o alarmados con la vocación de su hijo.
A los 14 años ya estaba diseñando su primera página web y su interés principal eras todo lo relacionado con la aeronáutica. Entrando en la adolescencia comenzó a sacar mejores calificaciones y llevarse mejor con los maestros. Terminó la preparatoria a los 18 años.
Jordi presentó dos veces el examen de ingreso al Politécnico pero fue rechazado, quería estudiar ingeniería aeronáutica. Comenzó estudios de ingeniería en computación pero abandonó sus estudios para irse a Estados Unidos donde comenzó buena fortuna, gracias al internet.
Jordi se fue a Suiza y aprendió muchísimo, pero, después de un año, se aburrió. De regreso a Estados Unidos, Chris Anderson le insistió en que debía hacer un avión robot. Le tomó un año terminarlo. “Prueba y error, prueba y error. Un año después funcionó, …“fue como el día más feliz de mi vida, el día que me quedé sentado y puse el control, y el avión estaba volando solo”. Eso fue a principios de 2009 y en mayo del mismo año ya lo estaban vendiendo. Ése fue el despegue de 3D Robotics, la fábrica de drones no militares que ha hecho conocido mundialmente a Jordi Muñoz y a Chris Anderson.
Actualmente, 3D Robotics cuenta con más de 150 empleados divididos entre Berkeley, San Diego, y Tijuana. La empresa se dedica a desarrollar un sistema de control para aviones, que es el cerebro que se utiliza en cualquier tipo de aeronave, ya sea helicóptero, multicopter o avión, y que le permite volar de una manera completamente autónoma.
A MANERA DE REFLEXIÓN:
¿Será realmente que muchos de nuestros estudiantes tienen problemas de aprendizajes o conductuales? O simplemente no encuentran en nuestras aulas respuesta a todas sus interrogantes e inquietudes.
¿Qué tendremos que hacer para potenciar los talentos de nuestros alumnos?
Les invitamos a conocer a este inquieto joven en nuestro 13º. Congreso Educativo Internacional: “Educar es Trascender”.
Georgina Puebla Cardona
Coordinadora Académica
Club Educadores por la Excelencia
Más información en:
Oppenheimer, Andrés (2014). ¡Crear o Morir! La esperanza de América Latina y las 5 claves de la Innovación. Debate: México.
por JORDI MUÑOZ