En muchas ocasiones los docentes caemos en el error de que aprender una herramienta nos va a implicar un tiempo que no tenemos y, personalmente, creo que este es un enfoque erróneo. Dominar las herramientas que utilizamos regularmente hace precisamente que podamos optimizar y gestionar mejor nuestro tiempo. “Time is gold” como me gusta decir a mí.
Hace poco oí una frase que decía algo así como que tenemos un sistema educativo del siglo XIX, con unos docentes del siglo XX que aplican unas tecnologías propias del siglo XXI. Pues bien, los docentes debemos dar un paso adelante e implementar plenamente el uso de las Nuevas Tecnologías en el aula. Sólo cuando lo llevemos a cabo será cuando empecemos a realizar una Educación verdaderamente revolucionaria, una revolución en la que el aprendizaje decimonónico se transformará a través de las Nuevas Tecnologías en un aprendizaje basado en la cooperación, en respuestas múltiples, en verdades relativas, donde la verdad incuestionable del docente se transformará por el aprendizaje de múltiples inteligencias.
La formación en Nuevas Tecnologías supone una gran ventaja para los docentes porque permite conectarnos con el mundo y, sobre todo, con nuestros estudiantes. En este sentido creo que la actitud del docente de cara a la formación debe ser absolutamente abierta. Porque las Nuevas tecnologías no hacen más que abrirnos los ojos a estas nuevas formas de aprender y de entender el mundo en el que vivimos.
Otro de los errores muy comunes entre algunos docentes es pensar que determinadas herramientas no son pertinentes para sus clases o que la curva de aprendizaje que requieren dichas herramientas no compensará el uso que hagamos de ellas en el ámbito docente. Para mí esta forma de pensar debe ser superada, porque en el mundo en el que nos ha tocado vivir debemos empezar a ser conscientes de que inevitablemente deberemos dedicar o invertir el mismo tiempo a en pensar que en aprender, si no queremos convertirnos en docentes obsoletos, en docentes alejados de los intereses y aptitudes de nuestros compañeros y alumnos.
Las Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación Especial son una excelente oportunidad para un alumnado al que debemos prestar una especial atención, porque se merecen las mismas oportunidades que el resto.
Hay muchas herramientas como por ejemplo, la pizarra digital, que suponen una gran ayuda para este tipo de alumnado, porque facilita y hace accesible su aprendizaje.
Como en todo hay que hacer de las herramientas relacionadas con lo tecnológico un buen uso y no un abuso. En este sentido, la conectividad a la que quiero referirme ha hecho posible que el concepto de jornada escolar haya cambiado radicalmente en estos últimos años.
La conectividad a través de plataformas como Moodle o el correo electrónico han permitido que estemos conectados en todo momento. En este sentido, si somos capaces de educarnos en esta conectividad para transformarla en información pertinente, en ayuda al alumno o al compañero, creo que toda la comunidad educativa saldrá ganando.
De lo que se trata es de aprender a diferenciar mediante una buena educación la conectividad de la dependencia.
Desde que aplico las Nuevas Tecnologías en el ámbito educativo tengo la sensación de que la forma de enseñar ha sufrido una importante transformación y he pasado de ser una persona que sabe, un ‘homo sapiens sapiens’ a un ‘homo technologicus’, que sabe, aprende y enseña a través de las herramientas que nos proporcionan las Nuevas Tecnologías.
Por: Santiago Moll, educador español, creador del Blog educativo “Justifica tu Respuesta.”