Presentación

En México el Art. 3º. Constitucional está destinado a garantizar el derecho a la educación de todos los mexicanos; toca a los docentes y directivos hacer cumplir el derecho a una educación de calidad para el fortalecimiento de competencias que favorezcan la inserción de los estudiantes mexicanos en la sociedad del conocimiento y su consecuente desempeño exitoso en el mundo globalizado que les está esperando.

Las generaciones que actualmente asisten a las aulas han nacido en esta sociedad tecnificada lo que ha impactado de manera definitiva en su inteligencia, es sus formas de aprender y comunicarse, en su comportamiento y en sus ideales; de ahí que los profesores no pueden, ni deben sustraerse a la necesidad de transformarse y transformar sus aulas con el fin de lograr aprendizajes de más calidad.

La OCDE señala, en su informe “Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del nuevo milenio en los países de la OCDE” (2010), la importancia de conceptualizar y analizar los efectos de las nuevas tecnologías digitales en el desarrollo cognitivo de los jóvenes así como en sus valores, estilos de vida y expectativas educativas con el fin de ajustar las políticas educativas a sus características tan particulares.

Asimismo agrega que el desarrollo social y económico exige que los sistemas educativos ofrezcan habilidades y competencias, que permitan a las generaciones actuales beneficiarse de las nuevas formas de socialización y contribuyan activamente al desarrollo económico bajo un sistema cuya principal característica es el conocimiento.

Los jóvenes se encuentran en plena experimentación de nuevas formas de socialización y de adquisición de capital social al que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están contribuyendo en gran medida. Su educación, ya sea en casa o en la escuela, proporciona valores y actitudes sociales, así como experiencias constructivas que les permitirán beneficiarse de oportunidades que favorecen activamente la creación de nuevos espacios de vida social.

Por otro lado, la mano de obra ha de poseer un conjunto de habilidades y competencias que se ajusten a la economía del conocimiento e incluyan procesos de selección, adquisición, integración, análisis y colaboración en entornos sociales en red. Para muchos jóvenes, las escuelas son el único lugar en el que se aprenden tales competencias (OCDE, 2010).

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Antecedentes


De acuerdo con datos de la Organización de la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE, 2013), en México el crecimiento anual de las tasas de graduación a nivel de Educación Media Superior ha crecido a razón de un 3.6% anual desde el año 2000. Se estima que de seguir esta tendencia el 49% de los jóvenes mexicanos de hoy concluirán la EMS a lo largo de sus vidas. Eso significa que las generaciones más jóvenes alcanzan hoy niveles de educación más altos que las generaciones mayores.

El porcentaje de personas de 25 a 34 años de edad con un certificado de al menos educación media superior es casi el doble (44%) al de las personas de 55 a 64 años de edad que tienen el mismo nivel de instrucción (23%). Se puede observar una evolución similar a nivel universitario. Sólo el 12% de las personas entre 55 y 64 años de edad han obtenido una educación universitaria, mientras que el 23% de los jóvenes de 25 a 34 años lo han hecho. Aun cuando este porcentaje de egresados universitarios sigue siendo muy inferior a la media de la OCDE de 39%, los niveles de educación superior entre los jóvenes han aumentado 6 puntos porcentuales entre el año 2000 (17%) y el 2011 (23%);

Por otro lado, prácticamente todos los niños de cuatro años de edad están matriculados en la educación. Esto resulta importante ya que se ha comprobado que la participación en la educación preescolar tiene beneficios a largo plazo: el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, o informe PISA de la OCDE, ha encontrado que los estudiantes de 15 años de edad que tuvieron por lo menos un año de educación preescolar obtienen mejores resultados en lectura que quienes no asistieron, incluso teniendo en cuenta el entorno socioeconómico.

Sin embargo, pese a esas mejoras, las tasas de participación, sobre todo después de la escolaridad obligatoria, son bajas. La mayoría de los mexicanos (64%) han alcanzado un nivel inferior a la educación media superior como nivel máximo de estudios. El porcentaje de adultos que han alcanzado al menos la educación media superior (36%) es uno de los más bajos entre los países de la OCDE y considerablemente inferior a la media de la OCDE de 75%.

México tiene las tasas de matrícula más bajas entre los jóvenes de 15 a 19 años de edad (56%) entre los países de la OCDE, a pesar de tener la mayor población de este grupo etario en la historia del país. Aunque el porcentaje de jóvenes de 15 a 19 años matriculados en la educación aumentó 14 puntos porcentuales desde el 2000, sigue siendo menor a la media de la OCDE que es de 84%.

Un dato que llama la atención es que muchos jóvenes han abandonado el sistema educativo por completo. Alrededor del 64% de los jóvenes de 16 años están matriculados en la educación media superior, mientras que la cifra baja a 37% entre los jóvenes de 18 años (20% matriculados en la educación media superior y 17% en la educación superior). Lamentablemente, entre los jóvenes de 20 años de edad, únicamente el 27% están matriculados en la educación (3% en educación media superior y el 24% en educación superior). Sólo el 12% de los jóvenes entre 20 y 29 años de edad participan en la educación.

En conclusión, laOCDE (2013) nos señala como el país que ocupa el primer lugar en el número de desertores escolares de 15 a 18 años, el último en el que los jóvenes tienen la expectativa de terminar el bachillerato y la universidad, el tercer lugar entre las naciones con mayor población juvenil que no estudia ni trabaja (7,337,520 jóvenes).

Si esto no fuera suficiente, PISA nos ubica en los últimos lugares de conocimiento de matemáticas, lectura y ciencia (lugar 53).

De acuerdo con el Censo de población y vivienda (2010), en México hay 19.8 millones de personas de 6 a 14 años, de las cuales sólo el 18.7% asiste a las escuela (94 de cada 100). Entre los jóvenes de 15 a 19 años, sólo el 57% asiste y sólo 5 de cada 100 habitantes de 20 años o más recibe educación superior.

México ocupa el primer lugar internacional de casos debullyingen educación básica ya que afecta a 18 millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria tanto públicas como privadas (OCDE, 2014). 32% de los menores de 15 años afirmaron ser víctimas de maltrato en la escuela, más del 15% aseguró ser insultado y 13% dijo ser golpeado por sus compañeros (IFE 2000-2003)El número de menores afectados aumentó en los últimos dos años 10 por ciento, al grado de que siete de cada diez menores han sido víctimas de violencia (CNDH). El suicidio entre menores de edad, de 5 a 13 años, principalmente, se ha incrementado ya que además del ámbito escolar los menores son humillados y maltratados en las redes sociales (Secretaria de Salud).Los niños son los más afectados que las niñas, asimismo, los discapacitados, con algún problema físico, que tienen obesidad, que son más morenos de la piel que el resto o demasiado blancos (INEE).

Con la información anterior, podemos darnos cuenta de que la escuela actual no está formando personas competentes para desempeñarse en un mundo en el que la prosperidad de los países depende cada vez más “de sus sistemas educativos, de sus científicos y de sus innovadores” (Openheimer, 2014).

Muchas son las causas del fracaso escolar en México: un currículum único, un modelo pedagógico tradicional centrado en el maestro que privilegia la información, la memorización y la mecanización, un modelo que impide el desarrollo de la creatividad y la innovación, que recrudece las diferencias sociales, un sistema de calificación más que de evaluación, un escaso uso de las TIC, por mencionar sólo algunas. De entre todos ellos, hay uno que es fundamental: las aulas están siendo ocupadas por una generación de jóvenes que han nacido en la era de nuevas tecnologías digitales y cuyo desarrollo cognitivo, valores, formas de vida y expectativas educativas se han visto afectadas por dichas tecnologías.

El desarrollo social y económico necesita sustentarse en un sistema educativo que equipe a los jóvenes de competencias que les permitan beneficiarse de las nuevas formas de socialización e insertarse activamente en el desarrollo económico apoyado en el conocimiento; tanto en casa como en la escuela, es necesario proveerlos de valores sociales y actitudes, así como de experiencias constructivas que les permitan contribuir activamente a los nuevos espacios de la vida social(OCDE, 2009).

Por otro lado, la actual fuerza laboral, requiere de ser equipada con competencias que se ajusten a las economías del conocimiento. Muchas de ellas están relacionadas con la administración que incluye procesos relacionados con la selección de la información, adquisición, integración, análisis y socialización en los ambientes virtuales. Para muchos jóvenes el único lugar donde esas competencias pueden ser aprendidas es en la escuela (OCDE, 2009).

Esto demanda una formación para las nuevas generaciones muy distinta a la que se ha venido realizando, indispensable es replantear la manera en que se incide en el proceso enseñanza-aprendizaje y sumar esfuerzos para propiciar el desarrollo de las competencias del siglo XXI, no sólo en los estudiantes, sino en los docentes.

La OCDE (2009) sugiere la organización de dichas competencias en tres dimensiones: información, comunicación y éticas e impacto social. Hacer cumplir el derecho a la educación implica ofrecer una formación de calidad que incida en el desarrollo de estas competencias que trasciendan el desempeño propio en aras de un mayor bienestar individual y social. Esa fundamental labor está en manos de los maestros, recurso humano clave del proceso educativo y por ello un motivo de atención esmerada de todo esfuerzo de superación, como es este congreso.

La OCDE reconoce al docente como el centro del proceso educativo cuando dice: “Los maestros no alcanzarán todo su potencial si no se les ofrece al apoyo, el estímulo y la recompensa apropiada”, de esta manera, ofrece a México una serie de recomendaciones para la buena enseñanza que conforman una estrategia global para mejorar las condiciones laborales de los docentes y para atraer, preparar y desarrollar una fuerza de enseñanza de calidad. El objetivo esmejorar el desempeño de los estudiantes a través de...mejor enseñanza y mejores escuelas.(OCDE 2015, 2010.Mejorar las escuelas: Estrategias para la acción en México).

Es necesario hacer de la enseñanza una profesión atractiva mejorando la imagen y el estatus del maestro y favoreciendo el desarrollo de sus conocimientos y habilidades que le permitan tener un desempeño digno de reconocimiento. Con este propósito, es que en el Club Educadores por la Excelencia y Suma por la Educación buscamos alianzas con organismos nacionales e internacionales tan importantes como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en un afán de ofrecer a los maestros mexicanos alternativas de calidad que los impulsen y enriquezcan, como es este congreso pensado para ustedes, maestros.

Ejes temáticos

Considerando las sugerencias y peticiones de los maestros que nos favorecen con su presencia en congresos y cursos en línea, y los planteamientos educativos que a nivel internacional hacen organismos como la OCDE, hemos diseñado este congreso con base en 4 ejes organizados en torno a un tema transversal dirigido a robustecer la buena enseñanza:

1. Competencias socio-emocionales en la comunidad escolar.

La globalización, el multiculturalismo y el incremento en el uso de las TIC implican habilidades comunicativas y actitudes éticas muy importantes. Los habitantes de este mundo actual somos miembros de una gran comunidad que necesita comunicarse para intercambiar información, ideas y propuestas con libertad, responsabilidad y respeto. La escuela tiene la labor de fortalecer e incrementar las posibilidades de colaboración comprometida reforzando las habilidades de comunicación y un comportamiento ético responsable.

  • ¿Cómo se comunican las nuevas generaciones?
  • ¿Cómo es una comunicación efectiva?
  • ¿Qué se necesita para lograr un trabajo colaborativo?
  • ¿Qué características ha de tener un ambiente de comunicación y socialización?
  • ¿Cómo generar responsabilidad social?
  • ¿Cómo se construye la conciencia para una toma de decisiones libre y responsable?
  • La empatía, ¿se aprende?
  • ¿Es posible enseñar a sentir y emocionarse?

1. Competencias socio-emocionales en la comunidad escolar.

La globalización, el multiculturalismo y el incremento en el uso de las TIC implican habilidades comunicativas y actitudes éticas muy importantes. Los habitantes de este mundo actual somos miembros de una gran comunidad que necesita comunicarse para intercambiar información, ideas y propuestas con libertad, responsabilidad y respeto. La escuela tiene la labor de fortalecer e incrementar las posibilidades de colaboración comprometida reforzando las habilidades de comunicación y un comportamiento ético responsable.

  • ¿Cómo se comunican las nuevas generaciones?
  • ¿Cómo es una comunicación efectiva?
  • ¿Qué se necesita para lograr un trabajo colaborativo?
  • ¿Qué características ha de tener un ambiente de comunicación y socialización?
  • ¿Cómo generar responsabilidad social?
  • ¿Cómo se construye la conciencia para una toma de decisiones libre y responsable?
  • La empatía, ¿se aprende?
  • ¿Es posible enseñar a sentir y emocionarse?

3. La evaluación como oportunidad de mejora.

Para generar cambios nada mejor que conocer y qué mejor manera de conocer que observando, midiendo, juzgando y tomando decisiones de mejora en todos los sentidos. La evaluación es ese proceso que nos da la oportunidad de identificar lo que falta y valorar lo que se tiene para utilizarlo como impulso y alcanzar grandes metas.

  • ¿Para qué evaluar en la escuela?
  • ¿Cómo evaluar en el aula para avanzar?
  • ¿A quién se debe evaluar?
  • ¿Quién debe evaluar?
  • ¿Qué se debe evaluar?
  • ¿Con qué se debe evaluar?
  • ¿Qué tipo decisiones tomar?
  • ¿Qué actitudes favorecen un proceso de evaluación?

4. Compartir es aprender: foro de buenas prácticas

Los maestros mexicanos se entregan con gran entusiasmo a su cotidiana labor de educar, con la mejor disposición y echando mano de su preparación y creatividad han generado aprendizajes sólidos en sus alumnos que además han incidido en la mejora de la calidad de vida de ellos y sus familias y comunidades.
Este congreso pretende convertirse en un espacio de construcción de redes que favorezcan la interacción entre profesores en el que se compartirán experiencias exitosas en torno a proyectos que hayan generado aprendizajes sólidos y significativos, y hayan transformado la realidad de los estudiantes y sus comunidades.

Maestr@:
  • ¿Qué estás haciendo en tu aula que sea digno de compartirse?
  • ¿Qué resultados estás obteniendo?
  • ¿Cómo has incidido en la calidad de vida de tus alumnos, sus familias y comunidades?
  • ¿Cómo has aprovechado los recursos humanos, naturales y tecnológicos?
Responde a estas interrogantes y comparte con otros profesores que como tú están haciendo su mejor esfuerzo, a lo largo y ancho del país, en beneficio de sus alumnos.
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